Jorge A. Fernández Pérez
Guadalupe Barajas Arroyo
Lilia M. Alarcón Pérez
INTRODUCCIÓN
La enseñanza y la práctica de la homeopatía se están convirtiendo en un tema de interés para muchas personas, dentro de la comunidad médica homeopática y fuera de ella. Esta situación no sería de extrañarse, si se considera que el campo de la homeopatía ha estado permanentemente a discusión.
En los últimos años el proceso formativo de médicos homeópatas se ha relajado, ya que actualmente se han venido desarrollando una serie de cursos y diplomados en homeopatía, situación que está habilitando a muchas personas para la práctica de la homeopatía, sin que tengan la debida formación en esta área del conocimiento. Se parte de aceptar que la homeopatía forma parte de la profesión médica y debe ser definida como “un modelo médico clínico terapéutico que cuenta con fundamentos teóricos filosóficos (teorías y leyes) y metodológicos (métodos y técnicas) sustentados dentro del conocimiento científico y de la ciencia médica y cuya intención es el abordaje del proceso salud enfermedad a partir de tres dimensiones básicas: la salud, la enfermedad y la individualidad del paciente”.
EN 1796 Samuel Hahnemann, médico de Leipzig de poco más de cuarenta años, experimentó en su propia persona los efectos de la quinina, un fármaco conocido ya en el siglo XVII: y con sorpresa se dio cuenta de que, en un individuo sano, la quinina tenía efectos semejantes a los que combatía eficazmente en un enfermo. Nacía así lo que el propio Hahnemann definió como «homeopatía», es decir, el tratamiento de las enfermedades mediante el principio de los símiles, mientras que la medicina oficial se clasifica como «alopática», ya que lucha contra la enfermedad, en la mayor parte de los casos, mediante operaciones que se oponen a los síntomas.
En la página 25 de su obra más importante, el Organom, Samuel Hahnemann dice textualmente que «cualquier trastorno que afecta a los seres vivos puede ser combatido y vencido por un trastorno más fuerte que, sin ser idéntico al que se desea combatir, sea sin embargo semejante en sus manifestaciones». Tal afirmación puede ser todavía hoy considerada el principio teórico fundamental de la medicina homeopática.
Es la pérdida de la propiedad de regular procesos de proliferación, diferenciación y angiogénesis de la célula, con la tendencia a invadir y provocar metástasis en tejidos. Los principales agentes carcinogénicos son exógenos y endógenos. Los exógenos se dividen en: Químicos: Son causantes de muchos de los cánceres humanos y se identifican mediante estudios experimentales en animales.